Querida Andi: Leer tu carta fue un disparador de ideas que me hizo preguntar si será verdad que corazón que no ve, corazón que no siente.

Yo tengo «Las aventuras perdidas» guardado en una caja pero eso no impide que cada vez que uno de mis hijos vuelca el jugo en la mesa, la primera frase que se me cruza en la cabeza sea «yo devoro la furia como un ángel idiota». O sea, el libro ya no está a la vista, pero sigue presente en mi memoria.

Nunca me gustó jugar al «veo, veo» y sin embargo parece que hace años que no dejo de participar. Porque, aunque me avergüence reconocerlo (así que por favor, que quede en secreto)  muchas veces me parece que en vez de estar trabajando para mi Creador, estoy trabajando para mi vecina.

Mi kisui rosh se puede haber deslizado hacia atrás, pero yo sólo recuerdo acomodarlo cuando mi vecina toca el timbre y si tengo que pedir que mis hijos hagan un poco de silencio sólo lo hago delicadamente las veces en las que coincide que ella está en casa pidiéndome una taza de azúcar.

La solución podría ser invitar a mi vecina a que se mude con nosotros, pero en contra de todos los pronósticos, mientras escribo esto (yendo y volviendo de los comentarios) me he dado cuenta de que no tengo ningún problema, sino más bien que lo que tengo es un objetivo y que lo que lo que la cultura secular llamaría hipocresía, en realidad es un camino señalizado: «lo lishmá» lleva a «lishmá».

La falta de sincronía absoluta entre nuestros pensamientos y nuestros actos ya está prevista en la Torá que nos avisa que el motivo oculto que nos impulsa no será siempre de la mejor calaña. No todos tuvimos la fortaleza de Shirly para desprendernos de nuestros ídolos en plaza Italia, pero no importa: alcanza con sacar los libros para que las visitas no los vean para que el poder espiritual de ese gesto se apodere de la intención y que sin darnos cuenta, mientras avanzamos en el camino, la mochila vaya perdiendo peso. “No depende de ti completar la labor; pero no eres libre de escapar de ella”, dice en el Pirkei Avot.

PD: Y ojo, que no estoy diciendo que no estoy agradecida a que todo lo leído me haya traído hasta aquí, pero no porque el libro «Upa» me haya ayudado a aprender a leer tengo que seguir repitiendo «Ema amasa la masa en la mesa». Puedo dejarlo ir.

17 respuestas a “Los libros de la buena memoria”

  1. que bueno, siempre sabiendo expresar tan bien lo que yo siento…
    sere tan obvia, o nos parecemos mucho??

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  2. Querida Judi: Has expresado algo que siempre me inquieta y le comento a mi esposo que lo que pensamos y nuestros actos no los sicronizamos. Y por eso a veces nos desconcertamos de los resultados, pero siempre he pensado que deberiamos pensar como los niños, platicar con Hashem como un pequeño que escribe una carta describiendo lo que desea detallado y aún con dibujos, para que poco a poco podamos ir sincronizando nuestras acciones con nuestros pensamientos y nuestro corazón, dejar fluir como pequeños que no sabemos nada y esperamos que nuestro amado padre no guíe con su infinito amor, creo que lo cotidiano a veces nos gana, pero somos sus pequeños que estamos aprendiendo a acercarnos y comunicarnos con Él.

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  3. Gracias Judi: por darme estas hermosas palabras.

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  4. BS»D

    Gracias Judi…. nuevamente refrescaste mi neurona cansada…. Baruj HaShem por tus palabras y por la forma de expresarlas….
    A tu metáfora del libro ‘Upa!’ le sumo una que siempre me dice mi esposo: ‘Nací en un hospital, pero no por eso me quedé a vivir ahí’ 😉
    A tu reflexión sobre nuestra hipocresía y lo que ocurre con ciertos libros pienso que tenés razón. Te/les repito en mi caso hubiese sido ‘fatal’ mantener en mi biblioteca -y ahora le sumo el concepte ‘mochila’- determinados libros que no me ‘hablaban’ de mi pasado… literalmente lo gritaban, lo exponían sin vergüenza ni piedad, y, vuelvo a decir EN MI CASO, repito EN MI CASO, muchas personas hubieran terminado confundidas si yo hubiese permitido/querido/aceptado y avalado la convivencia de esos libros con los de hoy, los míos, los de mi esposo y los de mis hijos (mi sobrino tiene la propia donde la historia, geografía, historia de pintores, y la colección de ‘Narnia’ conviven perfectamente). Porque las preguntas que hubiera escuchado hubieran saltado desde ‘¿pero cómo, no era que ahora sos judía?’ ‘¿pero cómo, no es que tenés más cuidado con la literatura que leés?’ ‘¿pero cómo te da lo mismo ‘chicha que limonada’?’…. En MI CASO hubiese sido un constante stress porque todos saben que amo profundamente la lectura y que mi vida fue cambiada a través del estudio de la Tora y el comprender que, a medida que iba ‘sabiendo’, no existía ni existe otra opción más que la del cumplimiento…. porque de lo contrario TODO era hipocresía, no sólo la biblioteca, o si uso medias para salir solamente, o si me dejo el pelo suelto dentro de casa pero me lo cubro cuando salgo o tocan timbre…. En MI CASO TODO hubiera sido hipócrita y desde el minuto UNO elegí ser honesta, lo más posible, fiel, lo más posible, a la vida que se encuentra en la Tora… LA VIDA!!!
    Bueno, finito!!! Basta por hoy, perdón por tanta ‘cháchara’.
    Que HaShem nos ayude a seguir los pasos de nuestros Avot…. al menos a intentar dar el primer paso, ¡¡qué no es poco!!
    Shabat Shalom Tov Umeboraj!!!

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  5. Querida Judi: qué claridad amiga. Me impacto la perfección de la frase: para que el poder espiritual de ese gesto se apodere de la intención. Brillante.

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  6. Yami: Si logré que te identifiques debe haber sido «de carambola» … ojalá yo lograse parecerme un poco a vos. Quizá cuando llegue el Mashiaj, b´h.

    Hanna Miriam: Y así es justamente como está programado, como vos decís, que nuestros actos van a ir logrando poco a poco que nuestros corazones se pongan en sintonía.

    Margalit: ¡me encantó el ejemplo que usa tu esposo! es tal cual.
    Fijate que lo que dije es que el mundo secular llama a eso hipocresía pero que para nosotros es una manera de lograr que un acto realizado con intención incorrecta vaya adquiriendo con el tiempo la cavaná apropiada.
    Lo que vos decís abre todo otro tema (super interesante y complejo) que es el de «marit ain» del que podríamos seguir charlando en los próximos post!!

    Andi: Ahora que lo decís me doy cuenta de que si, esa frase resume todo y que quizá solo hubiese tenido que decir eso ¡y ahorrarles el resto!

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  7. A mí me gustó más la frase: «Y ojo, que no estoy diciendo que no estoy agradecida a que todo lo leído me haya traído hasta aquí, pero no porque el libro “Upa” me haya ayudado a aprender a leer tengo que seguir repitiendo “Ema amasa la masa en la mesa”. Puedo dejarlo ir.»

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    1. LeoandroK: jaaaaa! es casi una obviedad cual elegió cada uno!

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  8. No entiendo… me quedaron unas cositas rondando
    qué es lo malo de los libros que leiste?
    qué tiene de malo que los recuerdes?
    qué acaso no ayudaron a construir lo que sos hoy? INCLUSO ayudaron a empujarte al camino de la Tora…cuando no encontraste respuesta en esos libros?
    y qué… hay que esconderlos abajo de la cama cuando llegan los invitados, esa clase de invitados que NUNCA leyeron esos libros pero que quién vaya a saber qué tienen ellos abajo de la alfombra y que no es mi problema, entonces si por casualidad se les ocurriera juzgar por ese libro que alguna vez ayudo a ser el que soy hoy… nose
    me fui al pasto con el comentario?
    jajaja bueno esa soy yo por ahi capaz q no entendi la idea.
    D.

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  9. D. ¡Qué lindo comentario! así me gusta, poniendo y haciéndonos poner las neuronas en funcionamiento. Igual te aclaro que te contesto con lo primero que se me ocurre, que es la idea que ya tenía, pero que voy a seguir pensando en lo que decís y quizá en un próximo post me retracto ;D
    Empiezo la respuesta con una pregunta ¿leíste el post (y los comentarios) de Andi (que es el que originó este) o empezaste desde acá? porque lo que voy a decir ahora creo que ya estaba charlado por esos pagos… ahi estábamos debatiendo si vale la pena desprenderse de lo que (no lo negamos) nos ayudó a convertirnos en lo que somos pero que hoy no nos representa. ¿debemos seguir apegados a las cosas a pesar de que no somos (o no queremos ser) lo que éramos?
    Lo que intenté decir aquí es que si lo que estoy buscando es cambiar, mejorar o evolucionar, un camino válido es hacer un cambio externo (y allí aclaro, aunque la intención no sea de la mejor calaña) para que eso me ayude a lograrlo (aunque a veces la sincronía no sea exacta, las cosas lleven un poco más de tiempo y mientras tanto podríamos parecer hipócritas).
    D, ve emet gracias por ponerme a pensar en algo que no sea ¿qué voy a preparar para la cena?

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  10. Perdon que tenga una opiñion , mas nose directa con respecto a los viejos libros.
    Quiza porque volvi en teshuva casi a los 22 años y no tuve mamash tanta lectura y acumulamiento de libros … nose…

    Pero por lo menos desde mi punto de vista, para que sirven los anteriores si encontraste el emeth, lo tenes bh al frente de tus ojos. Para mirarlos y pensar .. uhh cuando lei tal libro estaba en una epoca bla bla, cuando lei otroo bla…
    Creo que para ganar tiempo y espacio , no abundante en este olam ase, estaria bueno decirles chau , ya tengo todo en uno!!!!, (producto para el super) .
    Si en la tora esta todoooo , para que sirve lo demasss !!

    mmmm perdonnnn no me tengan rencor por el comentario , fui muy sincera ….

    besotessss

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    1. Shirly: ¿Rencor por el comentario? ¡todo lo contrario! si es lo que proponemos aquí, charlar para descubrir otros puntos de vista…

      Yo tengo la teoría que hay dos maneras básicas de hacer teshuvá y que dependen de la personalidad: unos pueden dejar todo de un día para el otro, no sienten nostalgia ni necesidad de mirar atrás y se manejan en su nueva vida como peces en el agua. Otros van lento pero seguro, transformando de a poco su pasado para integrarlo en su presente pero sintiéndose un poco extraños…

      No creo que ninguna de las maneras sea mejor que la otra. He visto éxitos y fracasos de ambos lados. Creo que lo que tenemos que hacer es conocernos a nosotros mismos para elegir nuestro camino y entender que el otro es distinto, respetar la otra ruta, y hacer tefilá para que unos y otros nos encontremos al final del camino.

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      1. Judi, este post es un poco antiguo pero lo leo hoy y tu comentario me hizo pensar algo. Es cierto, yo creo, que existen esas dos maneras básicas de hacer teshubá, los que dejan todo de un día para el otro, o los que van lento pero seguro. Sin embargo, no creo que aquellos que dejan, o dejamos, todo de un día para el otro nos sintamos como peces en el agua. Hay múltiples formas de ser pero aún haciendo todo junto y rapidito la nostalgia no se escapa y depués de mucho tiempo aparece esa necesidad de mirar atrás para ver cuánto quedó allí guardado a los tumbos en el fondo del corazón. Yo creo que el camino lento, el que permite integrar el pasado con el presente de un modo sano, es el mejor, y quizá porque yo elegí el contrario, no sé, pero aún con la conciencia plena de que, como dice Shirly, en la Torá está todo y no son necesarias las otras cosas, uno es uno y ese uno incluye toda nuestra historia. Espero que esté claro que cuando hablamos de nostalgia hablamos de ese «y volver la vista atrás», pero no por eso queremos volver físicamente allí. Sus dos ejemplos, el de UPA y el del hospital lo grafican mejor que mil explicaciones. Yo creo que todos nos sentimos un poco extraños en este paraíso, aunque a los que hicimos todo de un día para el otro, nos haya llevado años reconocerlo.
        He dicho.
        Besos!!

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  11. Uy!! me hicieron pensar en mi vida y mi teshuva o en mi casa… en la que tenemos una gran biblioteca que fuimos cambiando por libros de Tora pero que del otro lado de la casa, cerca del balcon dejamos dos cubos de los «otros libros» y que siguen estando ahi… aunque ya ni los vemos y salen del lugar solo cuando nuestro hijo de 13 meses juega a tirar los libros al piso …y los volvemos a juntar y los volvemos a colocar en su lugar…y ahí siguen estando….
    Recien entro al Blog me encanto!!! Las felicito a las dos ¡!!
    Marina

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    1. Hola Marina!
      ¡Nos resolviste el problema! ¿como no se nos ocurrió? Ni guardar en cajas, ni vender, ni regalar ni tirar. Obvio que esos libros había que dejarlos para la etapa en la que los chicos se vuelven locos sacando los libros de la biblioteca… por un lado ellos se divierten mientras por el otro nosotros nos vamos despidiendo de a poquito, hoja tras hoja arrancada. 😀
      ¡y gracias por entrar al blog, espero que vuelvas!

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  12. Judi!!!!, si es asi como vos decis…… cAada uno tiene su tiempo!!!! apoyo tu ideaa

    besoteeeee

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  13. Leila: Será que el pasto del vecino siempre parece más verde, porque a mi, que hice (y hago) teshuvá de a poco siempre me pareció que los que pudieron hacer el cambio rápido se ahorraron un montón de procesos innecesarios. Ahora que vos decís esto me doy cuenta de que todo tiene su dificultad. Como cuando me dicen «que bueno que hiciste teshuvá casada» porque piensan que fue más fácil hacerlo en compañía y yo pienso «hacer teshuvá casada es más difícil que sola».
    Y excelente tu aclaración acerca de a qué nos referimos cuando hablamos de nostalgia… es verdad que podía generar confusión.
    Besos!

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