Siempre me fascinaron los árboles. La cualidad que mas admiro en ellos es la de quedarse quietos en un solo lugar, echar raíces, y no tener a donde ir. Me pregunto si se lo plantean.
En el colegio al que fui en la primaria había un ombú muy generoso, de casi 40m2, lleno de huecos para sentarse. Mas allá de tener millones de historias que contar, ese árbol estuvo, esta y seguirá estando allí desparramado sobre el patio mientras generaciones de niños pasen por el. Y no creo que tenga muchas contradicciones.
Si hay una conquista y se van a poner limites, esta prohibido talar árboles. La naturaleza y el orden que Hashem le dio, es para nosotros, para que podamos ver la belleza del mundo que El hizo para nuestro deleite.
Dice la Rabanit Rivka Nagar algo muy lindo, que las raíces están ocultas y son nuestros actos, los de la mujer, que no se ven tanto como los de los hombres que son las hojas. Si van o no a rezar, si estudian, si salen a trabajar, eso se ve. Y para que funcione un matrimonio esto debería ser así. Nuestro trabajo es interno. Si las raíces empiezan a querer sobresalir, se rompe el equilibrio. Y esto es muy interesante con respecto al tzniut.
Casi siempre me toco tener árboles cerca de mi ventana, y debo confesar que he tenido conversaciones con ellos en muchas ocasiones (si les digo que me respondían moviendo sus hojas me cierran la ventana de un click, no?), y muchas veces admire su capacidad para mantenerse firmes en su tarea de enraizarse y crecer. Esa dinámica perfecta de buscar en el fondo para luego ir hacia arriba es para mi el secreto de todo.
Hay árboles, como el bambú, que tardan siete años en crecer, y un día salen y crecen hasta 30 metros en una semana. Que hicieron durante esos años? Quedarse en casa con los niños pequeños, sin poder ir al templo en shabat? Durante esos años se dedican a formar raíces que van a soportar tamaño crecimiento.
No somos árboles. Estamos habilitados para movernos, desplazarnos, elegir nuestro lugar, la mejor tierra. Y que hacemos con nuestras manos, nuestras piernas y nuestra libertad? Talamos árboles, es como si nos matáramos a nosotros mismos.
El mundo se esta quedando sin bosques y los hombres sin cabeza.
Gracias a Coty por las fuentes y la inspiración.
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