Hace días que me replanteo si vale la pena subir un post de hace dos años. Por un lado no me gusta quedarme en los laureles y subir cosas viejas, pero por el otro, tampoco me parece que vale la pena dejar que el fruto del esfuerzo se marchite. En fotosíntesis: aquí trasplanto un post de 2011 ¡Tu Bishvat sameaj!
Querida Andi:
A raíz de que me dejaste plantada me surgió la siguiente idea que no sé si voy a podar, perdón, poder desarrollar: Cada vez que nos acercamos a Tu Bishvat y flota en el aire esa conexión especial con la naturaleza, yo me replanteo mi historia personal «porque el hombre es como el árbol del campo» (Ki haadam etz hasadé).
En la época del jardín de infantes, yo me sentía en tierra firme. Sé que se lo debo a mis padres, que sembraron mi autoestima con la mejor semilla. Pero llegó un momento en el que esa boca de riego se cerró y el trabajo comenzó a depender de mí misma: y ahí es cuando confundí cultivarme con volverme culta y pensé que para fertilizarse bastaba con abonarse a una biblioteca y deducir la raíz cuadrada en hojas de cálculo.
Más adelante, ya en la flor de la vida, seguí con los malos planteos y supuse que ser como un sauce llorón, un palo borracho o una trepadora no deteriorarían mi esencia. Sin embargo, en un momento me di cuenta de que el proceso de descomposición no se detendría, sino que me convertirían en naturaleza muerta o en césped artificial.
Sólo quería que la tierra me tragase, estaba marchita, como perdida en tierra de nadie. Pero decidí no quedarme atrancada (yo no quería cerezo) y resolví trasplantarme: me mudé a una planta baja, me senté en posición de flor de loto y busqué más allá de mi corteza cerebral: Así es como volví a las raíces para descubrir que existía una tierra prometida.
Esa es más o menos la historia. Aunque debo reconocer, que yo (todavía) más que un árbol, parezco un bonsái, y te pido perdón si está vez soné más ecológica que lógica, es que no pude evitar irme por las ramas… pero no podés negar que tengo la excusa perfecta, después de todo… soy como el árbol del campo.
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